Ésta es la sabiduría de los tontos que nunca han dado a luz. En lugar de aceptar a un hombre débil que todo lo que ve en la sangre es la muerte, busca a alguien que vea en ella la vida.
El primer pensamiento al despertar: ¡la vida!
El último pensamiento al dormir: ¡la vida!
Sólo alguien que piense así sabe que la muerte llega demasiado aprisa.
Sólo alguien que piense así es capaz de entender el corazón de una mujer.
Aki-no-hashi, 1311